Dadá en la cocina

Cuchara sólo imagínate la canela.
Ejemplo joven a chavito presentarle –digo–
atractivos de la cazuela.
Después vainilla de la que el búho de
la gastronomía, deteniendo un pedido,
alzó sin mover sus alitas.
Yo te diseco las clases para enseñar recetarios
a un búho que dictando no es así.

Nocturno en día de lluvia

Llueve porque es otoño y tú te presentas muy fugaz;
no necesito más que saber que no quiero perderte y
que sería feliz si mantuvieras vivo mi sueño.

Sin embargo me incorporo en este surtidor que es la conciencia,
para dominar algunos instintos que me arrasan,
en los que una flor podría llorar por horas.

Un terceto más; un whiskey, una cerveza bastan
para dominar la ambición que me comprime con la lluvia
en la oscuridad de mi lamento, una línea muy fina.

Te presentas y entonces concibo un poder de luna brillante,
como un marino que después del naufragio vive en tu sien,
y al final del día y de la noche dice: ¡hay que vivir!

Vino, flores y [algo] más

Nocturno preferido

Entre las cosas que prefiero eres tú;
es en ellas porque pintas y en tu arte
de un encuentro, el abandono cubres
en diseños que se pierden en las
aras de dioses que inspirando dicen
que el más grande antojo se
enciende en tus dones y tus colores.

Si es tu vida la pasión de crear,
quiero de ella sólo un poco, por favor;
un cariño que así crece en tus miradas,
me da porvenires de páramos , de alabanzas
en un futuro que promete mil hazañas.

Tu sencillez tiembla en tu pelo rubio y dócil
y el acento de tus ojos pierde un
dueto de virtudes: arte y tiempo.

Parece que cubres en tus ámbitos
con tu voz a las quimeras que tú creas
y en tu inaccesible bondad y gracia,
el mundo y su sustancia es para ti,
ya que en las palabras que inventaste
provocas un diluvio, una espera o ambas cosas.

No importa que seas esquivo o un halago,
una palabra de sentimiento,
a veces un castigo. A tu luz que
viene de tus sienes y tus centros
pido una vida y un augurio si es por ti.