(Primer) Requiem por Mario Benedetti

Exite una distancia incalculable
que no se mide en horas ni en pulgadas
ni en millas ni en semestres ni en tamaños
lejos y cerca son casi lo mismo
y es la frágil distancia del amor

en ese territorio que es del alma
la nostalgia está lejos y nos mide
el tacto es un placer de cercanías

en extraños azares sin embargo
la nostalgia del tacto se inaugura
y entonces la distancia es sólo un punto
el punto del amor ese infalible
Mario Benedetti, "Distancia", en Insomnios y duermevelas, México: Alfaguara, 2002.
Siguiendo al Maestro, la muerte debe ser una suerte de azar, porque ahí se inaugura la distancia, es decir, la "nostalgia del tacto" y nada se puede hacer porque éste se ha perdido.
La muerte de Mario Benedetti debe ser un azar muy grande, porque ese cese de vida sólo es en el tacto, ya que la grandilocuencia de la lengua y su escritura radica en la inmanencia: "mientras exista la santa poesía...no moriré del todo amiga mía" (Manuel Gutiérrez Nájera).
Libros, "papel mojado" donde se destila esa esencia revolucionaria que se magnifica por la majestuosidad de la palabra sencilla. Paradojas de lo real que se abren en la franqueza y sutileza, pues "la gente sencilla es la que más te da".
No es un artificio que lo irónico y lo simple muestren la vida tal como es; todo lo contrario, en contra de los recursos que nublan la apreciación de lo cotidiano como algo extraordinario, aparece la palabra que advierte y plasma lo que, día a día, hace que nos quedemos "con y sin nostalgia".
Estos territorios del alma se ocupan en las "geografías" inexplicables de lo sublime; Benedetti nos ha enseñado que lo sublime está en las cosas más ordinarias, que se presentan al corazón como una apertura a las experiencias de vida.
Gracias a Mario Benedetti, "gracias por el fuego"; por enseñarnos esas respuestas a las preguntas no formuladas y darnos una tregua a esta vida que a veces empaña las magnificencias que existen todos los días.
Requiem in pace.