¿Cómo?

¿Cómo puedo decirte que estoy pensando en ti?
¿Cómo decirte que el tiempo ha pasado,
pero es incapaz de llevarte?
Esta noche en que te veo vívidamente
ahonda la impaciencia por acercarme a ti
para decirte que lo nuestro nunca terminará.
Te veo y, a pesar de eso, no puedo contactarte;
me invade el deseo, el miedo y ruedan
lágrimas involuntarias.
Veo tus labios, tus ojos y tu cuerpo
y permanece en mí todo lo que he
sentido.
¿Cuándo terminará esta historia, si mi
sueño sigue contigo; si mi ilusión está
en revivirte?
Y si el revivirte es mi dicha, ¿cómo
hacer para llamarte?
Espera de la nada que frustra mis
deseos y guarda mi dolor.
Sea la vida quien nos reúna, al menos
en el pensamiento, mientras las lágrimas
que vierto sin querer eclipsan este lápiz.